Los precios de las energías se dispararon en 2022 como consecuencia del conflicto armado entre Rusia y Ucrania. La guerra generó un gran aumento del precio del gas -y de rebote el de la luz- por la gran dependencia que tienen los países europeos del gas que proviene de Rusia.
Ahora, el precio de la energía parece haberse estabilizado. Sin embargo, para cubrirnos ante posibles subidas, los consumidores tenemos formas de ajustar el consumo y abaratar el coste de las facturas.
¿Qué tener en cuenta al elegir la potencia de luz y gas a contratar?
A la hora de dar de alta la luz y el gas de una vivienda, lo primero que debemos tener en cuenta es qué potencia contratar. En función de nuestra situación actual (habitantes, metros cuadrados, número de electrodomésticos…), será necesario contratar una potencia más o menos elevada.
Contratar la potencia correcta evita derrochar energía y dinero, pero también cortes de luz
La energía consumida, que se mide en kilovatios por hora (kWh), es el resultado de multiplicar la potencia de cada uno de los equipos por el tiempo de uso. Por eso difiere bastante según la época del año y el uso que se haga de los equipos del hogar, como ocurre, por ejemplo con el uso del aire acondicionado en verano o los radiadores en invierno.
Por este motivo, contratar la potencia correcta en cada caso evitará derrochar energía y dinero, pero también que haya cortes de luz.
¿Qué potencia de luz contratar?
Puede realizarse un cálculo aproximado del consumo de luz sumando el consumo de cada uno de los aparatos eléctricos que se usen con frecuencia. La suma de los vatios que necesiten todos ellos indicará la potencia mínima a contratar.
Sin embargo, es importante tener en cuenta que si la potencia eléctrica contratada es inferior a la demandada, cuando el consumo eléctrico supere la barrera, saltará el diferencial. Esto, además de ser una molestia para todos los habitantes de la vivienda, puede dañar algunos equipos o aparatos.
Si la potencia contratada es inferior a la demandada, cuando el consumo eléctrico supere la barrera, saltará el diferencial
Por eso no es recomendable contratar una potencia superior a la que se necesita, pero tampoco quedarse corto y arriesgarse a que algo se estropee. Lo ideal, por lo tanto, es contratar la potencia adecuada, en función de las necesidades de cada hogar.
En la actualidad, la mayoría de las viviendas tienen contratada una potencia mínima entre 2,5 y 5 kW, seguida de las familias con más residentes que contratan de 5 a 10 kW. Es posible disponer de luz y pequeños electrodomésticos con una potencia inferior de 2,2 kW, pero si se cuenta con calefacción eléctrica y aire acondicionado, el mínimo recomendable puede aumentar a unos 9 kW.
Las compañías eléctricas nos aconsejarán sobre la potencia óptima a contratar según el uso y el número de habitantes en la vivienda
¿Cómo calcular la potencia eléctrica manualmente?
De acuerdo con el método de cálculo orientativo que proporciona Naturgy, para calcular manualmente cuál es la potencia eléctrica ideal para tu vivienda, se deben seguir estos pasos:
Sumar las potencias nominales (la potencia máxima) de los equipos eléctricos:
Televisor: 200 W.
Lavadora: 1.500 W.
Frigorífico: 300 W.
Horno: 2.000 W.
Vitrocerámica: 1.500 W.
Microondas: 1.000 W.
Al resultado (6.500W para nuestro ejemplo) aplicar el factor de simultaneidad para pronosticar la potencia requerida si se encendieran todos los aparatos a la vez.
Multiplicar por 0,2 el resultado anterior si la frecuencia de uso de electrodomésticos es reducida.
Multiplicar por 0,3 el resultado anterior si la frecuencia de uso de electrodomésticos es elevada.
El resultado se divide entre 1.000 para obtener la potencia recomendada.
6.500 W x 0,3 / 1.000 = 1, 95 kW.
¿Qué potencia de gas contratar?
Tal y como sucede con la luz, el consumo del gas se mide sumando el consumo individual de cada equipo de gas que se vaya a usar. Si bien estos no son muchos, al año puede suponer un gasto muy significativo: el uso de calefacción en casa, la cocina y el agua caliente sanitaria, son los tres usos principales.
Dependiendo del número de equipos y el tipo de uso que hagamos de ellos, deberemos contratar una mayor o menor potencia.
Aunque el número de equipos de gas suelen ser inferiores a los de luz, al año suponen un gasto importante
Si bien se pueden utilizar simuladores o calcular en base a la potencia indicada en los manuales de los equipos, lo habitual es contratar una potencia u otra según el número de aparatos a gas que tengamos en nuestra vivienda.
Así, si sólo utilizamos el gas para el agua caliente sanitaria y la cocina, lo normal es que el consumo no supere los 5.000 kWh al año, de acuerdo con la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC); sin embargo, si también lo empleamos para la calefacción, lo recomendable es optar por una potencia de entre 5.000 kWh a 10.000 kWh al año.
Si solo utilizamos el gas para el agua caliente sanitaria y la cocina, lo normal es que el consumo no supere los 5.000 kWh al año, según la CNMC
Para los hogares que necesitan todavía más potencia es recomendable una potencia de unos 11.500 kWh/año. Además, existen clientes -especialmente las comunidades de vecinos- cuyos consumos anuales están entre los 50.000 y los 100.000 kWh, por lo que en este caso el suministro del gas debe estar contratado con un Comercializador de Mercado Libre.
Fuente : Internet